Por Anselmo Muñiz
14/10/2008
En los últimos días el debate político de nuestro país ha rondado, muy frecuentemente, el tema de la reforma constitucional. Son más que comunes los comentarios (particularmente por partidos de la oposición) que llaman a crear una asamblea constituyente para que sea la que reforme la Constitución política de nuestra nación. El tema es un poco complejo visto desde una óptica política, ya que visto desde la óptica jurídica exclusivamente (lo cual nunca es saludable, reducir las cosas a un solo punto de vista) el problema es muy sencillo: los artículos 117, 118 y 120 de nuestra Constitución vigente establecen que la misma será reformada por la Asamblea Nacional y que “La reforma de la Constitución sólo podrá hacerse en la forma que indica ella misma…”[1] lo cual implica que una asamblea constituyente sería inconstitucional.
Sin embargo, como ya dije, eso es la realidad si reducimos la reforma constitucional a un evento puramente jurídico, olvidando que es, primero que todo, un evento político. Esto es así porque el derecho es la interpretación y aplicación de las normas jurídicas, no así su creación (con excepción de la jurisprudencia cuya creación es la aplicación, y por tanto es derecho, de otras normas jurídicas; y la doctrina, que es fuente indirecta de derecho, pero sólo cuando es asimilada por la jurisprudencia). En este sentido, el tema de la asamblea constituyente tiene una serie de implicaciones que no son muy jurídicas pero que son tan importantes como su constitucionalidad o no.
Antes de proseguir dejemos dos cosas bien claras:
a) quien escribe este artículo no está del todo claro sobre si es mejor la asamblea constituyente o la Asamblea Nacional, como mecanismo para ésta reforma constitucional; por lo que esta pequeña disertación es simplemente una forma de pensar en voz alta para acarrear discusión y ver si con la ayuda de los lectores (y mis compañeros blogueros) y su retroalimentación, podemos llegar todos juntos a una conclusión.
b) quien escribe no es ni del PLD, ni del PRD, ni del PQD, ni del PRSC, ni de la FR, ni de ningún otro partido político. Tampoco está afiliado a PC, ni a FINJAS, ni FUNGLODE, ni ninguna otra supuesta “organización de la sociedad civil” que representa los “intereses de los ciudadanos”. Son un simple estudiante de derecho (ya casi graduándome, hell yeah!!!!!) que le interesa escribir.
Una vez aclarado esos dos puntos prosigamos la disertación.
El escenario político permite actualmente dos posibilidades:
Primera: elegir una asamblea constituyente. Lo cual implica hacer elecciones, las cuales tendrían que esperar al año próximo (por cuanto el presente año está a punto de finalizar y preparar elecciones toma tiempo). Además vendría la correspondiente campaña electoral de los distintos candidatos a diputados de la asamblea constituyente. Es importante señalar que en principio sólo los partidos políticos tendrían derecho a proponer candidatos. Sin embargo las propuestas que he oído, sugieren permitir que “las organizaciones de la sociedad civil” y la Iglesia (Católica por supuesto, ya que los dominicanos parece que no conocemos otra) estén representadas. Esto abre varias interrogantes ¿Se permitirá que los representantes de la Iglesia y las “organizaciones de la sociedad civil” sean elegidos a lo interno de ellas o tendrán que ir a elecciones junto con los de los partidos políticos? ¿Se permitirán representantes de cada sector religioso o s eles exigirá que entre todos elijan una misma representación? ¿Estos representantes no están representando ninguna demarcación territorial? ¿Es correcto darle voz y voto a PC o FUNJAS y no al Núcleo de Apoyo a la Mujer? ¿Es correcto de la Iglesia actúe al mismo nivel que un partido político en cuanto a reformar la constitución se trata? ¿Cómo se tratará el tema de la demarcación territorial y la representación? Todo esto asumiendo que ninguno de los miembros de la asamblea constituyente será “puesto”, sino que todos deben ser elegidos mediante sufragio universal y secreto. Así que, como vemos la asamblea constituyente, o sólo incluye a los partidos políticos (aunque le permita a los distintos sectores de la sociedad llevar sus opiniones y defenderlas y que luego dejen a los asambleístas elegir) o se convierte en un verdadero circo, en el cual claro la mayoría no estaría representada. Luego de la campaña, las elecciones, el conteo de los votos, las impugnaciones (Abinader exigiendo un reconteo), el reconteo… las acusaciones de fraude, etc., entonces la asamblea iniciaría sus funciones, para lo cual le darían un año (siendo conservadores). Es decir que si tenemos constitución nueva, sería para mediados del 2010 (para ese momento abría elecciones legislativas y municipales, por lo que es posible que las mismas pospongan el trabajo de la asamblea). Es importante señalar que sin importar cómo se haga la asamblea la fuerza mayoritaria será el PLD. ¿Por qué? Pues porque acabamos de ver que el partido de gobierno está dispuesto a hacer lo que sea y gastar hasta el último centavo del patrimonio estatal para comprar votos, candidatos miembros y dirigentes de otros partidos, “artistas” y demás personalidades del Zoológico que es nuestra sociedad. Así que al final la gran ventaja que en principio tiene la asamblea constituyente (que no sea un partido el que reforme la constitución a su gusto) no existiría en nuestro caso. Por demás, la Constitución que salga de ahí, pudiera ser mejor, como pudiera ser peor, que el actual proyecto de reforma. Pero que se sepa que con la participación de políticos y toda calaña (y sabiendo que es muy poco probable que los expertos en Derecho Constitucional de nuestro país sea postulen para ser parte de la asamblea) yo apuesto a que sería peor.
Segunda: la reforma se hace como manda la actual constitución. En primer lugar hay que señalara que el proyecto actual tendría más chancees de ser aprobado con pocas modificaciones. Es posible que a algún legislador del partido de gobierno se le ocurra la gracia de incluir una modificación que permita la reelección de Leonel Fernández, al menos por otro período más (o dos o tres o indefinidamente[2]) y que la misma sea aprobada, pudiendo así Leonel echarle la culpa a los legisladores de esa maldad que le habrían hecho de hacerlo reelegirse 4 años más. Igualmente sufre de la amarga realidad de que la reforma la hará el PLD a su antojo. Pero por otro lado como ya dije está el asunto de que hay más posibilidades de que se apruebe el actual proyecto con pocos cambios, además sería posible que el mismo sea aprobado en 2009 y no en 2010 o 2011. Nos ahorraríamos el problema de las elecciones de la asamblea constituyente, y las propuestas de la sociedad civil o de cualquier ciudadano tienen igual oportunidad (no mayor) de ser oídas por estos congresistas que por los miembros de una asamblea constituyente hecha por políticos que no podrían reelegirse aunque quisieran.
Por otro lado, es importante señalar que quienes hoy reclaman una asamblea constituyente (sobre todo los partidos políticos) no convocaron, ni exigieron una en 1996 o en 2002. Entonces ¿por qué ahora sí y entonces no? Sencillo, porque en ese momento ellos tenían suficiente representación en el Congreso Nacional, como para sentirse cómodos y ahora no. Eso no implica que el PLD deba hacer lo que quiera. Sin embargo, la verdad, es que puede hacerlo. El problema pues, no es si asamblea constituyente o Asamblea Nacional (como verán estoy más inclinado a ésta última, pero como dije al principio no he tomado una decisión y espero sus opiniones para que tomemos una decisión juntos, después de un acalorado, pero respetuoso debate). La verdad es que el problema es que casi todos los actores de nuestra política nos están excluyendo. Se han tomado el país para ellos, desde hace ya varias décadas, y el pueblo es un tercero, en palabras de Dussel (y él tomándolas de Levinas), somos el Otro. Nuestro sistema político ha sido secuestrado de nosotros y ahora somos extraños en él y tenemos que sentarnos a ver como los distintos partidos políticos y supuestas entidades de la “sociedad civil” se pelean como aves de rapiña por ver quien se alimenta de nuestro futuro.
Entonces ¿por qué molestarnos? Bueno, en cuanto a éste proyecto de reforma (que va con o sin nuestra opinión) ha sido elaborado por los mejores tecnócratas que nuestro país puede ofrecer. Ello implica que no es lo mejor posible, pero es mucho mejor de lo que hemos tenido en los últimos 30 años y bastante bueno atendiendo a las circunstancias. Desde el punto de vista jurídico sería un avance con respecto al status quo. Por ello, si queremos, como pueblo, retomar lo que es nuestro tenemos que empezar por involucrarnos desde ahora en esta reforma y tratar de al menos sacar el mejor resultado posible, hasta que con el tiempo podamos hacer posible el mejor resultado.
En resumen, esta no será la mejor constitución que tendremos, ni la mejor forma de hacerlo, pero la política nos presenta una realidad con la que tenemos que lidiar y tratar de sacar el mayor beneficio posible para la nación; y si nos alienamos y tomamos la postura tradicional de que “yo en política no me meto”, entonces la política se va a “meter con nosotros”. Entiendo que ese el fin de este Blog. Cultura abierta está aquí para que todos podamos empezar a dar forma a una opinión pública dominicana que sea realmente hecha por el público y que nos permita a todos (los escritores y los lectores) aprender mutuamente y forjarnos una idea conjunta de los diversos temas que importan a nuestro país y sobre todo un proyecto conjunto de país, donde sea posible la liberación de nuestro pueblo del yugo de la oligarquía (Único yugo al que jamás hemos estado sometidos, por mucho que nos quieran hacer creer de otros yugos…) Bienvenidos lectores a Cultura abierta, he propuesto un tema, que espero les interese, empecemos la discusión…
[1] CRD. Art. 120.
[2] Yo personalmente no tengo nada en contra de que se permita la reelección indefinida de los presidentes, pero entendiendo que es una figura sumamente impopular creo que es mejor que se quede como está ahora (en la Constitución vigente).
3 comentarios:
Anselmo,
Muchas veces pasa el problema de que más "democracia" no lleva a más conexión con el pueblo, si no que en lo contrario lleva a una lucha mayor de intereses individuales, buscando como locos comprar las mentes de la población en general. La asamblea constituyente sería demasiada complicada y delicada para nuestra actual democracia y podría tener resultados muy negativos, si es que llega a obtener resultados.
Por mi parte no tengo nada en contra de como se ha hecho la constitución hasta ahora, aunque si tengo muchas cosas en contra del proyecto, sin embargo pienso que es imperativo la convocación de un referéndum en el que se le permite a la población entera dar su aprobación o no del proyecto. Se que no esta previsto esta figura en la actual constitución, pero es desde un punto de vista filosófico y social, de que vale una democracia basada en un papel que el pueblo no ha legitimado.
Señores:
Nos estamos ahogando en el plano de una piscina sin construir, y es que el debate constituyente-revisora es una discusión, en la coyuntura actual, vacía en contenido y rica en intereses (ver comentario anterior). Pues ciertamente el Sr. Muñiz ha dado razones más que suficientes para descartar el método constituyente, sólo agrego que en esta ocasión, si ciertamente de lo que se trata es darnos una nueva constitución, no menos cierto es que no nos estamos dotando de un nuevo régimen, sino que seguimos siendo una república, democrática.... siendo así desestimable la implementación de asamblea constituyente por ese motivo. Por lo que sinceramente creo deberíamos estar analizando lo que se piensa hacer con el Poder Judicial, y no solamente desde el punto de vista estructural, sino visualizando las consecuencias jurídicas comprometidas; ¿A qué me refiero? bueno a situaciones peligrosas como sería un eventual recurso tendente a atacar las sentencias de la Corte de Casación vía el tribunal constitucional.
Estimados,
Les doy crédito a sus posiciones por tener razones válidas ciertamente, pero no los comparto. Resulta, caballeros, que siempre habrán razones para invalidar las posiciones de ambos lado de la balanza. Estos asuntos que versan sobre la estructura de una sociedad, como lo es el presente proceso de reforma, son tan y tan complejos que sería fatal afirmar lo contrario. Ahora bien, el autor presenta como argumentos en contra de una constituyente la practicidad de la revisora en esta coyuntura y así lo ratifican los comentarista. No deja de ser válido el criterio, sin embargo, tampoco deja de ser desacertado. PORQUE? el proceso por el que tiene que pasar la sociedad dominicana para llegar a la constituyente no sólo es uno largo y tedioso en estos momentos, sino que así lo será siempre, si de la practicidad nos llevamos, entonces nunca vamos a dar el salto. Compañeros, en este escenario no sólo les aseguro que después de la tormenta viene la calma, sino que también les aseguro que la tormenta es necesaria. Bajo la actual coyuntura y política de estado amparada por la constitución actual, la posibilidad de atacar problemas como el judicial que plantea Félix es lo mismo que enfrentar el huevo con la piedra. Es primero necesario fortalecer la zapata para poder asegurar las fuertes columnas del edificio estatal. Félix, no es efectivo empezar con la intentiva de modificación del sistema judicial sin antes lograr que dicha modificación provenga de las manos de sus usuarios y no de sus violadores. Creo que la lógica favorece la constituyente. Estoy dispuesto a afrontar la tormenta.
Saludos,
JM
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